
LA MEDITACIÓN Y LA AMÍGDALA CEREBRAL
Cuando meditas, la amígdala cerebral cambia su tamaño, se vuelve menos activa, y se activa otro lado del cerebro asociado con las emociones y las funciones sociales: la corteza prefrontal.
La corteza prefrontal está asociada con todas aquellas cosas que nos alejan de los comportamientos agresivos, impetuosos o “instintivos” y nos acerca a todas aquellas cosas que nos hacen ser seres “evolucionados”, como la capacidad de hacer planes complejos o de debatir entre decisiones basados en criterios morales o éticos. También, es gracias a ella que podemos jarnos objetivos (una gran capacidad, clave en la evolución humana en su camino hacia mejorarnos a nosotros mismos).
La respuesta ha estado allí todo el tiempo: regresar a un balance correcto entre estrés y relajación.
La meditación es la respuesta comprobada para lograr este objetivo.
Referencia: Del libro El Método Mayim por Vivian Toussieh y Anita Rubinstein