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LA ANSIEDAD

by Dic 10, 2020Vivian Toussieh Blog0 comments

 

LA ANSIEDAD

La ansiedad puede ser definida como un sentimiento de preocupación, nerviosismo u opresión acerca de un evento cuyo resultado es incierto y está fuera de nuestro control.

Cuando aprendemos a estar consientes de como nuestros contenidos mentales activan los mecanismos de la ansiedad seremos capaces de observar nuestros procesos mente-cuerpo con claridad y objetividad. 

Dice el maestro Ramiro Calle que la ansiedad es la fiebre del alma: revela ciertos aspectos no resueltos de nuestro ser y puede ayudarnos a poner en movimiento nuestros recursos interiores para resolver que es lo que nos pasa.

La ansiedad, en definitiva, nos plantea un reto, y viene a preguntarnos abiertamente qué es lo que anda mal con nosotros. 

La causa de la ansiedad no es nunca lo que sucede, sino lo que pensamos acerca de lo que sucede.


 

Primera clave: Atención

La atención enfocada es la clave para salir de los estados automáticos y permitir que emerja la conciencia.

Nuestra atención nos permite observar y mantener una relación objetiva con los pensamientos, emociones y conversaciones.

Nuestra calidad de vida, depende mucho de la conciencia que tenemos de nosotros mismos: miedos, deseos, necesidades, , creencias, valores, propósito y al prestar atención nos volvemos conscientes

La atención plena nos enseña a centrar nuestra atención exclusivamente en el aquí y ahora.

Cuando estamos ansiosos, básicamente nos encontramos ante una pérdida del equilibrio natural de nuestro cuerpo-mente.

El primer paso es reducir estos niveles de ansiedad, con herramientas enfocadas en la atención


 

Segunda clave: Actitud

Es muy frecuente que al volvernos conscientes de rasgos o cualidades que nos incomodan, nos juzgamos y criticamos ferozmente.

Si caemos en este fraude de juicios valorativos hacia nosotros mismos, más estrés, ansiedad, agobio y opresión tocarán la puerta.

Nuestra actitud debe ser la de observar sin aprobar ni desaprobar, sin apego y sin rechazo, sin etiquetar para iniciar el camino de regreso al equilibrio.


 

Tercera Clave: Aceptación.

El primer paso para lograr manejar la ansiedad es aceptar que estás ansioso, para poder manejar la situación con claridad.

Combatir la ansiedad, resistirse a los síntomas que parecen anunciarla, solo la aumenta. 

La aceptación nos permite encontrar una parcela de quietud en medio de la tormenta

 

La capacidad de estar abiertos a lo que surge, sea lo que sea, sin apegos ni rechazos, sino simplemente observándolo y dejando que sea como es, nos ayuda a obtener claridad acerca de nuestra experiencia y escoger la forma en que respondemos ante estos eventos que surgen momento a momento.

Muchas de las personas que sufren de ansiedad son capaces de reconocer cuándo un ataque está apunto de emerger en base a sus sensaciones físicas. El problema es que, cuando las sensaciones se presentan, pueden convertirse por sí mismas en los detonantes del ataque.

Si aprendemos a surfear la ola de ansiedad, esta puede disolverse por sí misma sin mayores consecuencias. 

Una actitud de apertura, confianza, seguridad y flexibilidad favorecerá la activación del sistema nervioso parasimpático, la llamada respuesta de relajación, que actúa como contraparte del modo de lucha o huida: miedo.


 

Cuarta clave: Compasión

La compasión puede ser cultivada y entrenada, a través de prácticas de meditación para  crear cambios en la estructura del cerebro. 

La compasión, ese anhelo de que todo ser vivo se vea libre de sufrimiento, comienza por uno mismo.

La primera forma de compasión es la autocompasión.

Si tu compasión no te incluye a ti mismo, no es completa.

En la mayoría de los casos somos considerados con otros, pero cuando se trata de  nosotros la cosa es bien distinta.

Compasión es tenderte una mano a ti mismo.

Dirigirnos a nosotros mismos en tono despectivo, desagradable o hiriente es un detonante de ansiedad. Tratarnos con respeto, cariño, cercanía y amor es un profundo gesto de autocompasión que debemos cultivar con práctica diaria.


 

Quinta clave: Atrevimiento

Los pensamientos no suelen ser un reflejo acertado de la realidad, mucho menos cuando estamos en el modo de lucha o huida asociado a estados de ansiedad.

Atreverse a desafiar los pensamientos distorsionados que invocan la ansiedad es fundamental.

La ansiedad, como el estrés, el miedo y la excitación, desencadenan una respuesta simpática en el sistema nervioso.

Bajo este modo de protección y emergencia, la corteza pre frontal pierde su capacidad cognitiva y no podemos pensar con claridad.

Cuando la ansiedad aparezca no debemos de luchar contra ella, debemos ser parte de la misma y preguntarnos

  • ¿Por qué me da tanto miedo? 
  • ¿Puedo hacer algo para cambiar ese resultado?
  • ¿Qué acciones puedo emprender aquí y ahora?
  • ¿Qué cambios puedo hacer en mi vida para evitar más situaciones como esta y recuperar mi equilibrio?

 

Sexta clave: Imaginación

En el plano emocional y afectivo, la imaginación ejerce multitud de variaciones en el estado de ánimo: mediante la imaginación podemos provocarnos sentimientos de tristeza o alegría a través de la creación de situaciones o imágenes conflictivas o placenteras.

 


 

Conclusión:

La transformación es un camino extenso. No podemos esperar recuperar el equilibrio mente-cuerpo si no nos mantenemos constantes y comprometidos en este camino.

Se trata de ir paso a paso, de mantener pequeños actos y sostenerlos con intención y forma continua y los cambios llegarán por sí solos.