
LA ALEGRÍA DE LA MEDITACIÓN CAMINANDO
“Caminar en plena consciencia nos trae Paz y Alegría. El momento presente es el único momento que es real.”
Thich Nhat Hann
Constantemente caminamos, pero con frecuencia se trata más de un correr, nuestros pasos apresurados imprimen sobre la tierra ansiedad y pesar.
Debemos aprender a dar un paso en paz, dos, tres, cuatro los que sean necesarios, caminar sin llegar, caminar tan sólo por disfrutar caminando, sin ninguna finalidad o destino particular.
Esta es la técnica, evitando que nuestra mente vaya a mil direcciones, ya que está tiende a lanzarse como un mono que salta de una rama a otra sin detenerse a descansar.
Los pensamientos tienen millones de caminos y nos arrastran al mundo del olvido.
Si podemos transformar nuestra senda en un campo para la meditación, nuestros pies darán cada paso con plena consciencia, nuestra respiración estará en armonía con ellos y nuestra mente se relajará fácilmente de forma natural.
Cada día caminas a alguna parte, de modo que añadir la meditación caminando a tu vida no te tomará un tiempo adicional ni requerirá que vayas a un lugar diferente.
Solo elige un lugar, (una escalera, un camino, del coche a la casa, o la distancia entre un árbol y otro) para hacer meditación caminando todos los días. Cualquier trayecto sirve.
La meditación caminando es como comer. Con cada paso alimentamos nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Cuando caminamos con pesar y ansiedad, es como una especie de comida basura.
El alimento de la meditación caminando debe ser de alta calidad. Se trata solo de caminar despacio, sin esforzarse, en plena consciencia y disfrutar cada momento y a cada paso.
Cada paso te trae al hogar del aquí y ahora. Este es tu verdadero hogar, porque únicamente en este momento, en este lugar, puede ser posible la vida.
Cuando se comienza la práctica de la meditación caminando, puede que te sientas desequilibrado, como un niño que da sus primeros pasos. Sigue tu respiración, vive con consciencia plena en tus pasos, y pronto encontrarás tu equilibrio.
Podrías comenzar la práctica de la meditación caminando por la mañana, dejando que la energía del aire puro matinal entre en ti. Tus movimientos se harán más suaves y tu mente más alerta. A lo largo de todo el día, verás que tienes una mayor consciencia de tus acciones y las decisiones que tomes tendrán más calma y claridad.
Recuerda: Camina lentamente. Sin prisas. Cada paso te lleva al mejor momento de tu vida. Se consciente del número de pasos que das con cada respiración. Adapta tus pasos a tú respiración y no al contrario.
Simplemente cuenta los pasos que necesitas dar mientras se llenan tus pulmones y los que necesitas también para vaciarlos, manteniendo una consciencia plena, tanto de tus pasos como de tu respiración.
La conexión es contar.